La ropa interior de las mujeres en uno de sus días importantes, y también en los más cotidianos, ha dejado de ser tema tabú. Las enaguas de encaje de las abuelas están a la última y lo mejor es enseñarlas. La seda y los más sugerentes tejidos adquieren una significación especial ya no solo en momentos puntuales y especiales.
EL uso de la lencería no es algo nuevo ni moderno, y ya antiguas
civilizaciones usaban telas para sujetar los pechos, aunque no es hasta época Napoleónica
cuando adquiera un matiz más estético.
La auténtica revolución llega con el siglo XX, y aunque en momentos como la
revolución hippie se quemaban los sujetadores como símbolo de emancipación
feminista, en los años 80 y con Madonna y sus
imposibles corpiños, la industria vivirá un revulsivo brutal.
La lencería sensual sigue hasta el día de hoy funcionando como un fuerte
sinónimo de sensualidad, también de delicadez y confianza. Una mujer que se
siente sexy es también una mujer segura de sí misma, y por tanto confiada. Por
tanto una novia que se viste segura de sí por fuera y por dentro, proyectará
necesariamente una imagen clara y única.
Hasta la próxima semana.
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